Tipos de cáncer

Vejiga

El principal síntoma del cáncer de vejiga es el sangrado en la orina, aunque en la fase inicial el tumor no muestra signos. Además de la sangre, la sensación de dolor, la sensación de ardor, la urgencia y el cambio en los hábitos urinarios pueden indicar la enfermedad.
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por: Grupo Oncoclínicas
Vejiga
El principal síntoma del cáncer de vejiga es el sangrado en la orina, aunque en la fase inicial el tumor no muestra signos. fase inicial o tumor não mostre sinais.

Este cáncer se produce cuando las células que componen la vejiga urinaria -empezando por las que recubren el órgano- empiezan a crecer de forma descontrolada. A medida que se desarrollan más células cancerosas, éstas pueden formar un tumor y, si no se trata al principio, extenderse a otras partes del cuerpo.

Es uno de los tumores más comunes del tracto urinario y el noveno tipo más incidente en todo el mundo. Si se compara por sexos, en los hombres ocupa el sexto lugar, mientras que en las mujeres es el 19º más frecuente. El riesgo estimado de cáncer de vejiga es de 7,23 nuevos casos por cada 100.000 hombres y 2,8 por cada 100.000 mujeres.

Tipos de cáncer de vejiga

El cáncer de vejiga se clasifica según la célula que haya cambiado. Hay tres tipos:

  • Carcinoma de células de transición: representa la mayoría de los casos y comienza en las células del tejido más interno de la vejiga;
  • Carcinoma de células escamosas: afecta a las células finas y planas que pueden surgir en la vejiga tras una infección o irritación prolongada; y
  • Adenocarcinoma: se inicia en las células glandulares (de secreción) que pueden formarse en la vejiga tras un largo periodo de irritación o inflamación.
  • El cáncer de vejiga se considera superficial cuando se limita al tejido de revestimiento de la vejiga, e invasivo cuando se extiende a través del revestimiento de la vejiga e invade la pared muscular. Puede afectar a órganos o ganglios linfáticos cercanos.

Síntomas y signos del cáncer de vejiga

La sangre en la orina se considera el principal signo de advertencia del cáncer de vejiga. La cantidad de sangre no siempre es suficiente para cambiar el color de la orina, pero las pruebas de laboratorio detectarán pequeñas cantidades de sangre presentes. Los casos tempranos de la enfermedad suelen causar poca hemorragia y poco o ningún dolor.

Es importante tener en cuenta que otras enfermedades, como las infecciones y los cálculos renales, también pueden provocar la aparición de sangre en la orina, de ahí la necesidad de un examen más detallado para verificar las causas;

Además de la sangre en la orina, también pueden ser síntomas de cáncer de vejiga:

  • Cambios en los hábitos de micción, como orinar con más frecuencia de lo habitual;
  • Dolor o sensación de ardor al orinar
  • Urgencia de orinar; y
  • Problemas para orinar o flujo de orina débil.

Diagnóstico del cáncer de vejiga

El diagnóstico del cáncer de vejiga puede realizarse mediante pruebas de orina y de imagen, como la tomografía computerizada y la cistoscopia (investigación interna de la vejiga mediante un instrumento con cámara). Durante la cistoscopia, se puede tomar material para una biopsia.

La probabilidad de curación dependerá del estadio (extensión) del cáncer (superficial o invasivo) y de la edad y el estado de salud general del paciente.

Tratamiento

La cirugía, sola o combinada con otros tratamientos, es el método más utilizado.

En las primeras fases, los tumores pueden ser extirpados. El problema es que, con el tiempo, pueden formarse nuevos cánceres en otras partes de la vejiga.

También existe la opción de la extirpación completa de la vejiga o el uso combinado de la cirugía y otros enfoques. Las opciones de tratamiento dependerán del grado de avance de la enfermedad.

En resumen, las posibles cirugías son:

  • Resección transuretral: cirugía en la que el médico extrae el tumor por la vía uretral;
  • Cistectomía parcial: proceso quirúrgico que extirpa sólo una parte de la vejiga.
  • Cistectomía radical: extirpación completa de la vejiga, con la construcción de un nuevo órgano para almacenar la orina.

La radioterapia puede utilizarse sola o en combinación con la quimioterapia, y a veces se utiliza después de la cirugía o como sustituto de ésta.

En cuanto a la quimioterapia, que puede ser neoadyuvante (realizada antes de la cirugía) o adyuvante (realizada después del proceso quirúrgico), existen dos alternativas:

  • En forma sistémica, ingerido como medicamento o inyectado en vena; y
  • En la forma intravesical, se aplica directamente en la vejiga a través de un tubo introducido por la uretra.

En el caso del tumor músculo-invasivo, los tratamientos pueden ser los siguientes:

  • Cistectomía radical: es el tratamiento estándar para los casos de tumor músculo-invasivo localizado. Se evalúa el estado clínico del paciente y la presencia de comorbilidades para indicar el tratamiento. La tasa de supervivencia global a los cinco años se sitúa en torno al 65% y a los diez años en torno al 45%.
  • Linfadenectomía: es la extirpación de parte de los ganglios linfáticos y debe realizarse siempre, ya que se asocia a mejores resultados oncológicos.

La cirugía laparoscópica (robótica/laparoscópica pura), en comparación con la cirugía abierta, tiene una menor tasa de complicaciones, menos necesidad de transfusión, mejor control del dolor y una estancia hospitalaria más corta. En cuanto a los resultados oncológicos, los dos tienen resultados comparables.

Prevención

Mantenerse alejado de los factores de riesgo es una forma de prevenir el cáncer de vejiga.

Entre los factores de riesgo más importantes para el desarrollo del cáncer de vejiga, el tabaquismo está presente en el 50-70% de los casos y los fumadores tienen tres veces más riesgo de padecer la enfermedad que los no fumadores.

En segundo lugar se encuentra la exposición laboral en entornos con compuestos químicos como las aminas aromáticas (como la bencidina y la beta-naftilamina, utilizadas en la industria de los tintes), responsables de alrededor del 10% de los casos. Los profesionales con mayor riesgo de padecer cáncer de vejiga son los pintores, los mecánicos, los impresores, los peluqueros y los camioneros (debido a los gases del diésel).

El uso del fármaco para la diabetes pioglitazona se asocia a un mayor riesgo de cáncer de vejiga. Algunos suplementos dietéticos que contienen ácido aristolóquico también aumentan el riesgo de desarrollar el tumor.

Sin embargo, algunos factores de riesgo no pueden controlarse, como:

  • Raza y etnia: las personas de raza blanca tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de vejiga (las razones de esta diferencia aún se desconocen);
  • Edad: alrededor del 90% de los pacientes con cáncer de vejiga tienen más de 55 años;
  • Irritación e infecciones crónicas: los cálculos renales o vesicales y las infecciones urinarias recurrentes se han asociado al cáncer de vejiga; y
  • Antecedentes familiares: quienes tienen o han tenido familiares con cáncer de vejiga tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad.

Es importante aclarar que tener uno o algunos de los factores de riesgo, controlables o no, no significa que la persona vaya a padecer necesariamente un cáncer de vejiga.

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