Los granulocitos son células de defensa del organismo, caracterizadas por la presencia de gránulos en su interior. Se producen en la médula ósea, se encuentran en el torrente sanguíneo e incluyen neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Los gránulos presentes en estas células contienen sustancias tóxicas, capaces de degradar los microorganismos ajenos al organismo.
El número de granulocitos en la sangre puede evaluarse mediante un hemograma. El control de esta cifra es importante durante el tratamiento del cáncer, ya que la quimioterapia, la radioterapia y los fármacos de orientación molecular pueden reducir la cantidad de estas células en la sangre.
Además, hay neoplasias hematológicas, como las leucemias, que pueden provocar un aumento significativo del número de granulocitos en el torrente sanguíneo, situación conocida como granulocitosis.
Otras células de defensa del organismo no tienen gránulos en su interior y se denominan agranulocitos. Entre ellos se encuentran los linfocitos y los monocitos.