Tipos de cancer

Hígado

O câncer de fígado pode se desenvolver no próprio órgão ou como metástase de tumor em outra região. Doenças hereditárias no órgão, infecções crônicas, como as causadas pelas hepatites B e C, cirrose e diabetes podem desencadear o tumor.
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por: Grupo Oncoclínicas
Hígado
O câncer de fígado pode se desenvolver no próprio órgão ou como metástase em outra região, motivado por doenças hereditárias e infecções crônicas.

El hígado es un órgano del tamaño de un balón de fútbol americano situado en la parte superior derecha del abdomen. Hay dos tipos de cáncer que pueden afectarlo: el que comienza en sí mismo, llamado tumor primario, y el que se origina en otro órgano y, a medida que evoluciona, llega al hígado, llamándose secundario o metastásico.

El cáncer de hígado ocurre cuando las células hepáticas desarrollan cambios en su ADN. El ADN celular es el material que proporciona instrucciones para cada proceso químico que ocurre en nuestro cuerpo. Las mutaciones en el ADN pueden causar cambios en estas instrucciones. Como resultado, las células pueden comenzar a crecer desordenadamente y formar un tumor, que no es más que un grupo de células cancerosas.

La Sociedad Americana del Cáncer estima que en 2021 se diagnostican alrededor de 42.230 nuevos casos (29.890 en hombres y 12.340 en mujeres) de cáncer primario de hígado y colangiocarcinoma intrahepático en ese país. El INCA no tiene estas estadísticas para Brasil, pero se sabe que más de 800.000 personas en todo el mundo son diagnosticadas con este tipo de neoplasia anualmente. También lidera el número de muertes relacionadas con el cáncer, lo que representa más de 700,000 muertes por año.

Los factores de riesgo para el cáncer de hígado son:

  • Infección crónica causada por los virus de la hepatitis B o C;
  • Cirrosis (inflamación crónica del hígado);
  • Algunas enfermedades hepáticas hereditarias, como la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson;
  • Diabetes;
  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), que causa acumulación de grasa en el hígado;
  • Exposición a aflatoxinas (venenos producidos por hongos que crecen en alimentos que no se almacenan adecuadamente y están expuestos a la humedad, como algunos tipos de granos y nueces); y
  • Consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

Tipos de cáncer de hígado

El carcinoma hepatocelular, que comienza en los hepatocitos (células ubicadas en el hígado), es el tipo más común de cáncer de hígado. Ocurre con mayor frecuencia en individuos con enfermedades hepáticas crónicas, como cirrosis, que puede ser causada por infección por hepatitis B o hepatitis C, esteatohepatitis, alcoholismo, entre otros factores.

También pueden ocurrir otras variaciones:

  • Colangiocarcinoma intrahepático – nacido en los conductos biliares del hígado;
  • Hepatoblastoma – una neoplasia rara que afecta a recién nacidos y niños en los primeros años de vida; y
  • Angiosarcoma – cáncer igualmente raro que se origina en los vasos sanguíneos del hígado.

Síntomas y signos de cáncer de hígado

La mayoría de las personas no muestran signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer primario de hígado. Cuando están presentes, pueden manifestarse de las siguientes maneras:

  • Pérdida de peso sin causa identificable;
  • Pérdida de apetito;
  • Dolor en la parte superior del abdomen;
  • Náuseas y vómitos;
  • Sensación de debilidad y fatiga;
  • Hinchazón abdominal (ascitis);
  • Presencia de masa abdominal;
  • Aparición de ictericia, que se caracteriza por la coloración amarillenta de la piel y el interior de los ojos; y
  • Heces blancas, parecidas a tizas.

Diagnóstico de cáncer de hígado

Por lo general, es difícil diagnosticar el cáncer de hígado temprano, ya que sus signos y síntomas no suelen aparecer antes de que ya esté en una etapa avanzada de la enfermedad.

Las pruebas de detección para el cáncer de hígado no se recomiendan ampliamente para la población general. Esto significa que no debe solicitar pruebas (un proceso llamado detección) en personas que no tienen síntomas. Pero las pruebas pueden, sí, recomendarse para algunas personas con mayor riesgo, como aquellas con cirrosis, hemocromatosis (acumulación de hierro en el cuerpo) o infección crónica por hepatitis B.

Dependiendo de los síntomas y la sospecha médica, las pruebas a menudo incluyen:

  • Pruebas de laboratorio, como análisis de sangre, que evalúan la alfafetoproteína (AFP, un marcador tumoral);
  • Exámenes por imágenes, como ultrasonido, tomografía computarizada y resonancia magnética, para visualizar la existencia de tumores, su extensión y si se diseminan a otras partes del cuerpo;
  • Biopsia hepática, en la que se coloca una aguja dentro de la lesión para extraer una pieza para su análisis bajo el microscopio que determina si es maligna o benigna;
  • Cirugía laparoscópica exploratoria, que permite la visualización directa del órgano y la biopsia.

Tratamiento

El enfoque más indicado cuando el tumor está restringido a solo una parte del hígado (tumor primario) es su resección (extirpación quirúrgica). Sin embargo, algunos pacientes con cirrosis no toleran la extirpación de parte del hígado y, en estos casos, pueden ser necesarios otros tipos de tratamiento (ablación, quimioembolización, radioterapia, trasplante hepático), dependiendo del tamaño, número de lesiones y otras características.

La cirugía también se puede realizar, dependiendo del caso, en tumores metastásicos (que están en el hígado pero nacieron en otros órganos) en los que la lesión primaria se ha reanudado o se puede reanudar de manera curativa.

La radioterapia se utiliza para eliminar las células cancerosas. Sin embargo, puede no ser una buena alternativa para algunos pacientes cuyos hígados están dañados por enfermedades preexistentes como la hepatitis o la cirrosis. Dependerá del médico evaluar esta posibilidad. En general, la radioterapia puede ser útil en:

  • Cáncer de hígado que no se puede eliminar quirúrgicamente;
  • Cáncer de hígado que no se puede tratar mediante técnicas de ablación o embolización o que no ha respondido a estos tratamientos;
  • Cáncer con metástasis cerebrales o óseas; y
  • En el tratamiento del dolor derivado de tumores grandes.

Otras opciones de tratamiento importantes incluyen:

  • Quimioterapia: uno o más medicamentos específicos ingresan al torrente sanguíneo para eliminar las células cancerosas;
  • Terapias dirigidas: además de la quimioterapia, estos medicamentos ingresan al torrente sanguíneo y se propagan a casi todas las áreas del cuerpo, combatiendo el cáncer. A menudo son mucho más eficaces que la quimioterapia en el cáncer primario de hígado; y
  • Inmunoterapia: consiste en el uso de medicamentos que ayudan al sistema inmunitario de la persona a identificar y destruir las células cancerosas.

Prevención

Para prevenir cualquier tipo de cáncer, es importante evitar sus factores de riesgo. En el caso del cáncer de hígado, es importante vacunarse contra la hepatitis B, prevenir la hepatitis C (usar preservativos en las relaciones sexuales, no compartir objetos punzantes, como agujas, tener cuidado con las medidas de higiene y esterilización en manicuras y tatuadores) y evitar factores que pueden desencadenar la cirrosis, como el consumo excesivo de alcohol y el sobrepeso.

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