Un melanoma es un tipo de cáncer que se desarrolla a partir de los melanocitos, las células que dan color a la piel y los ojos. El melanoma suele aparecer en la piel y las mucosas, pero también puede aparecer en los ojos. Algunos cánceres oculares se forman en la superficie del ojo y del párpado, de forma similar a los melanomas que se desarrollan en la piel. Sin embargo, el melanoma ocular también puede formarse dentro del ojo. Las células tumorales crecen en la úvea -la capa de tejido bajo la parte blanca del ojo- que contiene melanocitos. Por lo tanto, el melanoma uveal es otro nombre dado al melanoma ocular.
Es la forma más común de cáncer de ojo en adultos, aunque es poco frecuente. Puede causar problemas de visión y puede ser grave si se extiende a otros órganos.
Tipos de melanoma ocular
La úvea contiene tres partes, y el cáncer puede formarse en cualquiera de ellas. La clasificación de los melanomas oculares se realiza por la localización del cáncer, cuyos subtipos son:
- Melanoma del iris: se forma en la parte coloreada de la parte delantera del ojo (iris);
- Melanoma del cuerpo ciliar: se produce en la parte que libera líquido en el ojo y cambia la forma del cristalino para ayudar a enfocar. Cuando el cáncer está en el cuerpo ciliar, puede empujar el cristalino del ojo fuera de su sitio y hacer que la visión sea borrosa;
- Melanoma de coroides: la parte que contiene los vasos sanguíneos que nutren los ojos. Lo más probable es que el cáncer se inicie y crezca en la coroides, seguido del cuerpo ciliar y luego del iris. Algunas personas padecen cáncer en más de una de estas tres áreas al mismo tiempo; y
- Melanomas conjuntivales: la conjuntiva es una cubierta fina y transparente sobre la esclerótica (la capa dura y blanca que cubre la mayor parte de la zona exterior del globo ocular). Estos melanomas son extremadamente raros. Como pueden propagarse a través del sistema sanguíneo y linfático, también pueden llegar a órganos distantes como los pulmones, el hígado o el cerebro.
Síntomas y señales del melanoma ocular
Muchos pacientes con melanoma ocular son asintomáticos, es decir, no muestran ningún signo de la enfermedad. Cuando aparecen los síntomas, es porque la enfermedad ya está avanzada o ha crecido en determinadas partes del ojo.
Entre los síntomas de los melanomas oculares son más frecuentes:
- Visión borrosa o pérdida de visión;
- Puntos flotantes (manchas o garabatos que flotan en el campo de visión) o destellos de luz;
- Perdida del campo visual;
- Mancha oscura creciente en la parte colorida del ojo (iris);
- Cambio en el tamaño o en la forma de la pupila;
- Cambio en la posición del globo ocular dentro de su órbita;
- Ojo que sobresale; y
- Cambio en la forma como el ojo se mueve dentro de la órbita,
Diagnóstico del melanoma celular
El hecho de que los síntomas sean los mismos que los causados por otras enfermedades puede retrasar el diagnóstico. En la mayoría de los casos, los médicos detectan un melanoma ocular durante un examen rutinario del ojo porque los tumores son más oscuros que la zona circundante o pierden líquido. Si esto ocurre, se solicitarán pruebas para confirmar el diagnóstico.
Los exámenes de imágenes usados en el diagnostico del melanoma ocular son:
- Ultrasonido: es una prueba muy común para ayudar a diagnosticar los melanomas oculares. Se coloca un pequeño instrumento en forma de varita contra el párpado o el globo ocular, se envían ondas sonoras a través del ojo y se recogen los ecos al rebotar en los órganos. Los ecos se convierten en una imagen en la pantalla del ordenador. Mediante esta prueba, los médicos pueden confirmar el diagnóstico de melanoma ocular en la mayoría de los casos;
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): similar a un ultrasonido, esta exploración utiliza ondas de luz en lugar de ondas de sonido para crear imágenes muy detalladas de la parte posterior del ojo;
- Tomografía computarizada (TC): es una exploración que a veces se utiliza para comprobar si un melanoma se ha extendido fuera del ojo a estructuras cercanas. También puede utilizarse para detectar la propagación del cáncer a órganos distantes, como el hígado;
- Angiografía con fluoresceína: el paciente recibe un tinte especial inyectado en una vena que, a través del torrente sanguíneo, llega al ojo. Las imágenes del ojo se toman utilizando una luz especial que hace que el tinte sea fluorescente (brillante). Esto permite al médico ver los vasos sanguíneos del interior del ojo. Aunque los melanomas no tienen un aspecto especial con esta prueba, algunos otros problemas oculares sí. Los médicos pueden utilizar este método para averiguar si algo no es un melanoma;
- Resonancia magnética: especialmente útil para observar los tumores oculares y su propagación fuera de la cuenca del ojo, en lugares como el hígado. Las resonancias magnéticas proporcionan imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo, utilizando ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X; y
- Fotografías: también es posible que el oftalmólogo tome una foto de un nevus (lunar o punto en el ojo) en cada visita para detectar cambios en estas zonas. Los nevus más grandes y gruesos tienen más probabilidades de convertirse en cáncer.
Casi todos los casos pueden diagnosticarse con precisión mediante un examen ocular y pruebas de imagen. En raras ocasiones, cuando estas pruebas no proporcionan una respuesta definitiva, el médico puede tomar un fragmento de tejido ocular para examinarlo bajo el microscopio, realizando una biopsia.
En ocasiones, una biopsia puede ser útil para comprobar la existencia de determinadas mutaciones genéticas que pueden predecir los resultados (pronóstico), así como para ayudar a elegir fármacos dirigidos contra el cáncer. Además, algunos melanomas oculares pueden extenderse durante muchos años antes de ser diagnosticados, por lo que puede ser útil realizar una biopsia temprana de una zona preocupante. Si es necesario realizar una biopsia, puede hacerse bajo sedación y anestesia local o bajo anestesia general.
Tratamiento del melanoma ocular
Los principales factores para determinar el tratamiento del melanoma intraocular son el tamaño en relación con las estructuras locales y el estado de la enfermedad en relación con las estructuras distantes, así como la posibilidad de preservar la visión.
Melanoma de coroideos
El tratamiento de este tipo de tumor depende de su tamaño y de la función de la zona del ojo afectada. Cuanto más pequeño sea el tumor, menos probable es la cirugía, a menos que el ojo esté dañado por el tumor o ya se haya perdido la visión.
Existen varias opciones para el tratamiento de los melanomas coroideos: espera expectante, radioterapia, terapia láser y cirugía. El experimentado oftalmólogo analiza cada caso individualmente para definir qué protocolo adoptar.
La radioterapia y la cirugía parecen ser igualmente eficaces. La radioterapia ofrece la posibilidad de preservar la visión, pero algunos pacientes que reciben radioterapia pueden necesitar también cirugía.
Melanoma del iris
Suelen ser tumores pequeños y de crecimiento lento. Se realizará una serie especial de imágenes para controlar el tumor, y el tratamiento puede consistir en cirugía o radioterapia. Si está indicada la cirugía, la cantidad de tejido ocular a extirpar dependerá de la extensión del tumor. Los tipos de cirugía para los melanomas tempranos del iris incluyen:
- Iridectomía – remoción de la parte del iris;
- Iridotrabeculectomía – remoción de la parte del iris además de una pequeña porción de la parte externa del globo ocular;
- Iridocicletomía – remoción de una porción del iris y del cuerpo ciliar; y
- Enucleación – remoción del globo ocular.
Melanoma del cuerpo ciliar
Estos raros tumores pueden ser tratados quirúrgicamente, si son pequeños, o con radioterapia. En los casos más avanzados o si hay daños oculares graves, puede ser necesaria la enucleación.
Melanoma de la conjuntiva
Es más probable que se desarrollen en estructuras locales y se extiendan a otros órganos como el hígado y los pulmones. El tratamiento se centra en la extirpación quirúrgica del tumor y el tratamiento adyuvante.
Melanomas avanzados y recaídas
La mayoría de los melanomas uveales están contenidos en el ojo en el momento del diagnóstico inicial. Pero, por desgracia, en aproximadamente la mitad de los pacientes, el melanoma reaparecerá en algún momento después del tratamiento. Los tumores que reaparecen dentro del ojo (recidiva intraocular) suelen tratarse con una cirugía de enucleación del globo ocular (extirpación del mismo).
Cuando la recaída es extraocular, lo más frecuente es que sea en el hígado, pero también puede darse en otras zonas como los pulmones o los huesos. El tratamiento puede incluir la cirugía, la radioterapia, la ablación por calor o por congelación, o la inyección de fármacos u otras sustancias en el hígado para destruir los tumores o bloquear el suministro de sangre.
Prevención del melanoma ocular
El melanoma ocular es un cáncer poco frecuente y no existen pruebas de detección ampliamente recomendadas para este tipo de tumor en personas de riesgo bajo o medio. No obstante, algunos cánceres oculares pueden detectarse a tiempo.
Las revisiones oculares periódicas son una parte importante del cuidado de la salud de todas las personas, incluso si no tienen síntomas. A menudo, los melanomas oculares se detectan durante un examen ocular rutinario. Cuando el médico mira a través de la pupila en la parte posterior del ojo, puede ver una mancha oscura que sugiere la posibilidad de un melanoma temprano.
