Tipos de cáncer

Colorrectal

El cáncer colorrectal incluye tumores que se desarrollan en la parte del intestino grueso (el colon) y en el recto (extremo del intestino, la porción ubicada antes del ano). La incidencia es mayor después de los 50 años y aumenta con la edad. Sepa más.
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por: Grupo Oncoclínicas
Colorrectal
El cáncer colorrectal incluye tumores que se desarrollan en parte del intestino grueso y el recto. La incidencia es mayor después de los 50 años de edad.

El cáncer colorrectal incluye tumores que afectan parte del intestino grueso (el colon) y el recto (extremo del intestino, la porción ubicada antes del ano). Cuando se diagnostica temprano, generalmente es tratable y, en la mayoría de los casos, curable. Esto suele ser posible cuando aún no se ha propagado a otros órganos (metástasis).

La mayoría de estos tumores parten de la aparición de pólipos, que son lesiones benignas que pueden crecer en la pared interna del intestino grueso.

El cáncer rectal en sí mismo también comienza en las células de revestimiento y comienza como un pólipo. Su incidencia es de aproximadamente el 29% entre los tumores intestinales. Vale la pena mencionar que el recto es la porción del intestino grueso limitada inferiormente por la línea dentada. El recto bajo se ubica hasta 5 cm del borde anal, el recto medio, entre 5 y 10 cm del borde anal, y el recto alto, entre 10 y 15 cm del borde anal.

Los datos de la última estimación mundial indican que se notificaron 1 millón de nuevos casos de cáncer de colon y recto en hombres, siendo el tercer tumor más frecuente entre todos los cánceres masculinos, con un riesgo estimado de 26,6/100 mil. Para las mujeres, esta cifra fue ligeramente inferior, registrándose 800.000 casos nuevos, siendo el segundo tumor más frecuente, con una tasa de incidencia de 21,8/100.000.

En Brasil, se estima que entre los años 2018 y 2019 surgieron 36.360 nuevos casos de cáncer colorrectal, 17.380 en hombres y 18.980 en mujeres. Estos valores corresponden a un riesgo de 16,83 casos nuevos por 100.000 hombres y 17,9 por 100.000 mujeres en nuestro país.

En cuanto a la mortalidad, según el INCA (Instituto Nacional del Cáncer), en 2017 se observaron 9.207 muertes por cáncer de colon y recto (9,12/100 mil) en hombres y 9.660 (9,33/100 mil) en mujeres.

La incidencia de cáncer colorrectal tiene un aumento significativo después de los 50 años y continúa aumentando con el avance de la edad, aunque el número de casos ha aumentado recientemente en pacientes más jóvenes.

Los factores de riesgo para el cáncer de recto, en concreto, están estrechamente relacionados con los hábitos alimentarios y de vida y las condiciones de salud previas. Entre ellos destacan los siguientes:

  •         Dietas ricas en carnes rojas, carnes procesadas y carnes expuestas a calor intenso;
  •         Dietas bajas en fibra (frutas, verduras y verduras);
  •         sedentarismo (porque la obesidad es un factor de riesgo, y mantener el ejercicio regular ayuda a evitarla);
  •         Enfermedades intestinales inflamatorias crónicas (como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn);
  •         Antecedentes familiares de casos de cáncer colorrectal; y
  •         Síndromes familiares (especialmente síndrome de Lynch y poliposis adenomatosa familiar – FAP)

Subtipos de cáncer colorrectal

La gran mayoría de los tumores colorrectales se clasifican como adenocarcinomas. Estos cánceres comienzan en las células que secretan moco para lubricar el interior del colon y el recto y tienen algunos subtipos, como el de células en anillo de sello y el adenocarcinoma mucinoso.

Otros tipos de tumores que pueden comenzar en el colon y el recto incluyen:

  •         Tumores carcinoides;
  •         Tumor del estroma gastrointestinal (GIST);
  •         Linfomas; y
  •         Sarcomas.

Síntomas del cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal puede ser una enfermedad silenciosa y no causar síntomas inmediatos. Pero cuando están presentes, pueden incluir:

  •         Cambio en los hábitos intestinales, como diarrea, estreñimiento o estrechamiento de las heces, que dura unos días;
  •         Incluso después de la evacuación, no hay sensación de alivio, parece que no se ha eliminado todo el contenido fecal (síntoma especialmente sugestivo en casos de cáncer de recto);
  •         Sangrado rectal (la sangre suele ser muy roja y brillante)
  •         Presencia de sangre en las heces, haciéndolas de color marrón oscuro o negro;
  •         Calambres o dolor abdominal;
  •         Sensación de fatiga y debilidad; y
  •         Pérdida de peso sin razón aparente.

Es importante destacar que muchos de estos síntomas pueden ser causados ​​por condiciones distintas al cáncer colorrectal, como infección, hemorroides o síndrome del intestino irritable. Por eso, ante el primer signo de anormalidad, es importante buscar una evaluación médica.

Diagnóstico de cáncer colorrectal

El primer paso para diagnosticar el cáncer colorrectal es rastrear el historial médico del paciente para identificar posibles factores de riesgo.

El examen físico puede incluir la palpación del abdomen en busca de anomalías, como masas u órganos agrandados. Además, también se puede requerir un examen rectal digital, en el que el médico inserta un dedo (protegido por un guante lubricado) en el recto para ver si hay áreas anormales.

Es posible que se soliciten otras pruebas en el proceso de diagnóstico del cáncer colorrectal. Son ellos:

  •         Examen de heces;
  •         Análisis de sangre;
  •         Colonoscopia;
  •         Biopsia; y
  •         Exámenes de imagen (Rayos X, ultrasonido, resonancia magnética, tomografía computarizada y PET Scan).

En el diagnóstico también se determina la estadificación del cáncer colorrectal, es decir, el estadio en el que se clasifica el tumor. Es muy útil para ayudar al médico a tomar decisiones de tratamiento. En el cáncer colorrectal, hay cuatro etapas:

  •         Estadio I: tumor confinado a la mucosa (IA) o la capa muscular (IB) del colon o recto y sin afectación de los ganglios linfáticos (ganglios);
  •         Estadio II: tumor confinado a la serosa que recubre el colon o el recto (IIA) o que ha llegado a los órganos vecinos (IIB), pero sin afectación de los ganglios linfáticos (ganglios);
  •         Estadio III: afectación de los ganglios linfáticos cerca del colon o el recto; y
  •         Estadio IV: afectación de órganos distantes.

Tratamiento

El médico y un equipo multidisciplinario determinan las opciones de tratamiento según el diagnóstico de cáncer colorrectal.

Los principales enfoques adoptados en el manejo del cáncer colorrectal son:

  •         Tratamientos locales: tratan el tumor sin afectar el resto del cuerpo. Están mejor indicados en las primeras etapas de la enfermedad (en tumores más pequeños que aún no se han diseminado/metástasis), pero también se pueden usar en otras situaciones. Los principales tipos utilizados en el cáncer colorrectal incluyen cirugía, ablación, embolización y radioterapia;
  •         Tratamientos sistémicos: mediante el uso de medicamentos orales (píldoras) o intravenosos (en una vena), que se aplican directamente en el torrente sanguíneo. Según el tipo de cáncer colorrectal, se pueden usar quimioterapia, terapias dirigidas y/o inmunoterapia.

Prevención

La prevención primaria del cáncer colorrectal incluye medidas para disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad, como:

  •         Adoptar una dieta rica en fibra, frutas y verduras;
  •         Reducir el consumo de carnes rojas y grasas animales;
  •         Practicar actividades físicas, ya que el sedentarismo aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad;
  •         Mantener un peso saludable (recordando que la obesidad es un factor de riesgo para este cáncer); y
  •         Evitar fumar y beber alcohol.

 

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