Conviviendo con el cáncer

Ejercicios Físicos

La práctica de ejercicios físicos regulares durante el tratamiento del cáncer puede mejorar la calidad de vida del paciente, aliviando algunos de los efectos adversos de los medicamentos, además de fortalecer la inmunidad y aumentar la disposición. Sepa más.
7 min de leitura
por: Grupo Oncoclínicas
Ejercicios Físicos
La práctica de ejercicios físicos durante el tratamiento puede mejorar la calidad de vida, además de fortalecer la inmunidad y aumentar la disposición.

El cansancio afecta hasta el 70% de los pacientes oncológicos y puede ser consecuencia tanto de la enfermedad como de los tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia y todas las dinámicas que les rodean y afectan a la rutina de las personas). Por ello, durante mucho tiempo se creyó que lo mejor era permanecer en reposo el mayor tiempo posible y reducir la práctica de ejercicios físicos durante el tratamiento contra la enfermedad.

Después de estudios e investigaciones que demostraron sistemáticamente lo contrario, hoy la recomendación es que los pacientes, en su gran mayoría, mantengan el cuerpo en movimiento mientras luchan contra el cáncer; a continuación se señalarán algunas excepciones. Aun conviene señalar que el descanso excesivo puede provocar la pérdida de funciones corporales, debilidad muscular y movilidad reducida.

La práctica de actividades físicas no sólo es segura, sino que puede mejorar la calidad de vida de la persona en tratamiento, trayendo beneficios físicos:

• Alivio de los efectos adversos de la quimioterapia (como náuseas);
• Aumento en la disposición;
• Reducción del cansancio (el que afecta hasta el 70% de los pacientes);
• Mejora de las funciones vitales del organismo;
• Fortalecimiento de la inmunidad;
• Equilibrio mejorado (disminución del riesgo de caídas y fracturas óseas);
• Disminución del riesgo de osteoporosis; y
• Mejora de la circulación sanguínea.

Los efectos del ejercicio físico también se reflejan en el mantenimiento de un peso corporal adecuado, una de las principales vías para prevenir y combatir el cáncer. El exceso de grasa corporal provoca un proceso inflamatorio y aumenta la producción de hormonas, que pueden dañar las células, provocando o acelerando la aparición de la enfermedad.

El sobrepeso, la obesidad y el aumento de peso en adultos están asociados con cánceres de esófago, estómago, páncreas, vesícula biliar, hígado, intestino (colon y recto), riñones, mama, ovario, endometrio (cuerpo del útero), meningioma, tiroides, mieloma múltiple y posiblemente próstata (avanzado), mama (en hombres) y linfoma difuso de células B grandes.

Psicológicamente, el ejercicio físico durante el tratamiento del cáncer ayuda a:

• Controlar la ansiedad, normal en pacientes con cáncer;
• Aliviar los síntomas depresivos que surgen con el diagnóstico de la enfermedad;
• Aumentar la autonomía del paciente en sus actividades diarias;
• Mejorar la autoestima; y
• Mejorar el estado de ánimo y las relaciones sociales.

Ejercicios físicos recomendados durante el tratamiento del cáncer

Son muchos los beneficios del ejercicio físico durante el tratamiento del cáncer, pero es importante realizar un programa basado en lo que sea seguro, eficaz y cómodo para el paciente.
Se debe tener en cuenta el pasado de actividades físicas y los nuevos límites del cuerpo del individuo, que pueden haber cambiado debido al tipo de cáncer, su estadificación y el tratamiento definido para combatir la enfermedad.
No se trata de hacer ejercicio para perder peso o ganar masa muscular. Al revés, el objetivo es mantener la capacidad física y paliar los efectos adversos del tratamiento. Los ejercicios físicos más recomendados para el paciente oncológico en forma son:

• Actividades aeróbicas ligeras (caminar y ciclismo ligero);
• Extensión;
• Pilates ligero; y
• Baile.

En general, se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física al día, pero existe evidencia de que los beneficios se dan incluso cuando la disponibilidad de tiempo es menor. La duración diaria es un elemento, pero no el principal.

Precauciones a practicar durante el tratamiento del cáncer

Los exámenes solicitados por los médicos responsables del tratamiento del cáncer (y sus debidos análisis) y algunas precauciones forman parte de las precauciones para la práctica de ejercicios físicos durante el tratamiento del cáncer. Los principales son:
• Realizar análisis de sangre y verificar que todos los resultados sean los esperados para que los ejercicios físicos no perjudiquen el estado general de salud;
• No realizar actividades físicas en los días en que sienta dolor, malestar u otros síntomas incapacitantes;
• Reducir la duración del ejercicio físico si se cansa durante su realización;
• Evite las superficies irregulares que puedan alterar el equilibrio y facilitar las caídas;
• Cambia la caminadora por la bicicleta estática si sientes entumecimiento en los pies;
• Consulte a su médico de inmediato si nota sangrado, hinchazón, dolor, mareos o visión borrosa durante o después del ejercicio;
• Evite las piscinas cloradas después de las sesiones de radioterapia; y
• Evite los deportes acuáticos y otros deportes con riesgo de infección si está usando un catéter.

Condiciones que contraindican la práctica durante el tratamiento del cáncer

A pesar de los beneficios ya presentados, no todos los pacientes con cáncer pueden realizar ejercicios físicos. Algunas condiciones que contraindican las actividades son:

• Anemia severa (disminuye la resistencia, ya que la hemoglobina que falta en la sangre es la encargada de llevar el oxígeno a los pulmones);
• Nivel bajo de plaquetas (son responsables de la coagulación y cicatrización); y
• Dolor óseo causado por tumores y sus metástasis.

En algunos casos, el médico a cargo puede evaluar los beneficios que generan las actividades de baja carga, como la hidroterapia, e indicar algún movimiento para el cuerpo. Recuerde: para no causar daño a la salud y al tratamiento, toda modalidad adoptada debe haber sido aprobada por el médico especialista.

7 consejos prácticos para hacer ejercicio a diario durante el tratamiento del cáncer

El cansancio y los efectos adversos del tratamiento del cáncer pueden dificultar la creación de una rutina diaria de ejercicios. Para ayudar en este proceso hasta que se establezca el hábito, aquí hay algunos consejos prácticos:
1) Elija actividades físicas que traigan placer a la vida cotidiana: el ejercicio nunca debe ser sinónimo de sufrimiento;
2) Cambie el auto por la caminata en trayectos cortos;
3) Sube las escaleras respetando tu ritmo en lugar de usar el ascensor;
4) Lleva a tus amigos a hacer ejercicio contigo;
5) Practica senderismo y ciclismo al aire libre (en plazas y parques o áreas comunes de condominios, por ejemplo);
6) Dependa lo menos posible de los gimnasios (reserve el uso de las instalaciones para los días de lluvia o frío intenso);
7) Limite el tiempo de pantalla (TV, teléfono celular, tableta, computadora, videojuego) en sus días: son adictivos y pueden desanimarlo a comenzar el ejercicio del día.

Qué médicos deben aconsejar sobre la práctica de ejercicios físicos durante el tratamiento del cáncer
En el equipo multidisciplinar que realiza el seguimiento del tratamiento del cáncer, los especialistas que pueden asesorar sobre la práctica de ejercicios físicos son el oncólogo, el fisioterapeuta y el educador físico.

MITOS Y VERDADES SOBRE EL EJERCICIO FÍSICO DURANTE EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER

Todos los ejercicios físicos son buenos para la salud de los pacientes con cáncer

MITO. Los ejercicios de alto impacto y alto rendimiento, como carreras competitivas y aparatos de musculación de carga alta, son perjudiciales para la salud y están prohibidos para los pacientes con cáncer.

Es bueno que los pacientes con cáncer hagan ejercicio cuando tienen náuseas, para aliviarlas.

MITO. El ejercicio físico puede aliviar las náuseas comunes posteriores a la quimioterapia, pero como un efecto continuo, no inmediato. Durante un ataque de náuseas, lo mejor es prescindir temporalmente de la actividad.

Incluso aquellos que nunca han hecho ejercicios físicos pueden adherirse a ellos durante el tratamiento del cáncer.

VERDAD. Todo paciente que sea capaz de moverse y que sea guiado por médicos especialistas puede y debe realizar ejercicios físicos durante el tratamiento del cáncer, y así mejorar su salud y calidad de vida.

Quienes ya hacían ejercicio antes del diagnóstico de cáncer pueden mantener su rutina de actividad física sin cambios.

MITO. El pasado es importante, pero los límites del cuerpo pueden cambiar debido a la enfermedad y el tratamiento. Las evaluaciones físicas y clínicas deben ser realizadas por el médico especialista, para que el ejercicio físico no perjudique la salud y tampoco el tratamiento del paciente.

Añadir pequeñas actividades físicas a la vida cotidiana es suficiente para ayudar a la salud de los pacientes con cáncer

VERDAD. No es necesario que haya una actividad atlética y sistemática para que el cuerpo sienta los beneficios durante el tratamiento del cáncer. Mover el cuerpo a diario, por pequeño que sea –pequeños quehaceres domésticos o cambios en la locomoción, por ejemplo– ya promueve una evolución en la calidad de vida.

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