¿Qué es el cáncer de tráquea?
La tráquea, formada por anillos de tejido fibroso, es el conducto que conecta la boca y la nariz con los pulmones. El cáncer de tráquea aparece cuando sus células se multiplican de forma incontrolada y se convierten en un tumor.
Los tumores primarios de la tráquea, que se originan en el órgano, son poco frecuentes. Cuando aparecen, suelen ser malignos en los adultos y benignos en los niños. Se presentan con síntomas que imitan los de otras afecciones, lo que a menudo provoca un retraso en el diagnóstico y su descubrimiento cuando el tumor se encuentra en una fase avanzada.
Los tumores que hacen metástasis en la tráquea, originados en órganos, como el tiroides, el esófago, la laringe (caja de la voz) o los pulmones, se denominan secundarios y son más frecuentes que los primarios.
Independientemente de su origen y de si son benignos o malignos, suelen provocar un estrechamiento de la abertura de la tráquea, restringiendo el flujo de aire hacia los pulmones.
Subtipos del cáncer de tráquea
Existen tres tipos de carcinoma — tumores malignos — en la tráquea:
- Carcinoma de células escamosas — se desarrolla con mayor frecuencia en hombres de entre 50 y 70 años y suele estar asociado al tabaquismo, representando más de la mitad de todos los casos;
- Carcinoma adenoide quístico — a diferencia del carcinoma de células escamosas, el carcinoma quístico se extiende a lo largo del revestimiento de la tráquea, suele crecer lentamente y no está relacionado con el tabaquismo. Se da por igual en hombres y mujeres de entre 40 y 60 años. La incidencia de este tipo de cáncer se sitúa entre el 10% y el 15% de los casos;
- Tumor carcinoide — masa anormal de crecimiento lento que se origina en las células del sistema endocrino (hormonal) o nervioso. Estos tumores pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluida la tráquea.
Los tipos benignos de tumores en la tráquea son:
- Condroma — es el tipo de tumor traqueal más frecuente. Se forma a partir del cartílago que compone la tráquea y puede volverse canceroso al cabo de un tiempo;
- Hemangiomas — tumores en pequeños vasos sanguíneos que pueden afectar tanto a niños como a adultos. Si un niño con una marca de nacimiento de hemangioma (acumulación anormal de vasos sanguíneos en la piel o los órganos internos) empieza a tener problemas respiratorios, la causa podría ser un tumor de hemangioma.
- Papilomas — son tumores causados por el virus del papiloma humano (VPH).
Síntomas y signos del cáncer de tráquea
Las dificultades respiratorias suelen ser el primer signo de un problema en la tráquea, tanto si el tumor es benigno como maligno. Sin embargo, es importante recordar que las dificultades respiratorias pueden ser consecuencia de otras enfermedades, como el asma, la bronquitis o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y no son necesariamente un signo de cáncer.
Por lo tanto, además de la falta de aliento, deben asociarse otros síntomas para sugerir la existencia de un tumor en la tráquea. Los más importantes son:
- Sibilancias, falta de aliento y tos, con o sin sangre;
- Respiración ruidosa, con jadeos;
- Infecciones frecuentes de las vías respiratorias superiores;
- Dificultad para tragar y ronquera (sugiere que un tumor traqueal está presionando el esófago).
Diagnóstico del cáncer de tráquea
Los tumores traqueales son difíciles de diagnosticar porque son poco frecuentes y, en la mayoría de los casos, crecen lentamente. El tumor también puede diagnosticarse erróneamente como otro problema respiratorio, como asma o EPOC.
Pruebas que deben solicitarse para confirmar el diagnóstico de cáncer de tráquea:
- Tomografía computarizada — la prueba permite obtener imágenes que pueden definir el tamaño de un tumor, el estrechamiento de la tráquea y el estado de los ganglios linfáticos circundantes;
- Broncoscopia — prueba realizada con un broncoscopio (un tubo con una pequeña cámara en el extremo) introducido en la tráquea. Esto permite al médico ver cualquier anomalía en la tráquea, así como extraer células para biopsia;
- Broncoscopia virtual — se obtiene una “imagen” de la tráquea mediante una tomografía computarizada sin necesidad de broncoscopio. Esta prueba no permite extraer fragmentos para biopsia;
- Prueba de función pulmonar — mide la capacidad de funcionamiento de los pulmones y puede averiguar si existe una pérdida de capacidad respiratoria que sugiera una obstrucción en la tráquea.
h5-Tratamiento del cáncer de tráquea
La cirugía es el principal tratamiento del cáncer de tráquea. Siempre que es posible, va seguida de otras terapias, como la radioterapia o la quimioterapia. Descubre los procedimientos adoptados habitualmente.
- Cirugía — la resección quirúrgica mejora el pronóstico, los síntomas y la calidad de vida del paciente. La supervivencia a cinco años es del 50% para los pacientes tratados con cirugía, mientras que sólo es del 10% en los pacientes que no son candidatos al procedimiento quirúrgico. A la hora de decidir una intervención quirúrgica, se tienen en cuenta varios factores, como la edad, las comorbilidades, la movilidad del cuello, la extensión del cáncer y el grado de invasión.
No se recomienda la cirugía en pacientes con tumores que afecten a más del 50% de la longitud de la tráquea, debido a la correlación con un aumento de la mortalidad. Otras contraindicaciones de la cirugía son la insuficiencia respiratoria, la dependencia de corticosteroides orales, la invasión del corazón o la aorta, las metástasis a distancia y la afectación de varios grupos de ganglios linfáticos.
- Radioterapia — puede utilizarse para tratar tumores que afectan a más del 50% de la tráquea o que se han extendido a los ganglios linfáticos u otras zonas del tórax. Debe utilizarse en pacientes que no son buenos candidatos para la cirugía. En el caso de un tumor adenoide quístico, la radioterapia puede utilizarse después de la cirugía. Existen dos tipos de radioterapia para los tumores traqueales:
Radiación de haz externo — se realiza diariamente en un ambulatorio, dura unos minutos y el paciente no suele sentir nada, pero pueden aparecer efectos secundarios como malestar; y
- Braquiterapia — consiste en la inserción de “semillas” de radiación, que se implantan temporalmente cerca del tumor para destruirlo. Se realiza de forma ambulatoria mediante un broncoscopio que introduce un pequeño catéter a través del tumor. Las semillas se implantan en este catéter durante unos minutos y luego se retiran el catéter y las semillas.
- Quimioterapia — la literatura carece de ensayos clínicos aleatorizados que examinen la quimioterapia en pacientes con cáncer de células traqueales, y el papel de la quimioterapia sigue sin estar claro. Sin embargo, la quimioterapia basada en cisplatino se utiliza en combinación con radioterapia en la enfermedad irresecable o después de la cirugía, principalmente para el subtipo escamoso, basándose en la similitud con los tumores de cabeza y cuello, donde esta combinación ya está bien establecida.
Prevención del cáncer de tráquea
Se cree que el tumor traqueal más frecuente — el carcinoma de células escamosas — es consecuencia directa del tabaquismo. En otras palabras, dejar de fumar reduce la probabilidad de padecer este tipo de cáncer y muchos otros asociados a este hábito.
Otro factor de riesgo es el hemangioma, que puede extenderse de la cara al cuello, pero no es un riesgo controlable.
Cualquiera de los síntomas asociados al cáncer de tráquea debe investigarse precozmente, lo que aumenta las posibilidades de curación si se diagnostica la enfermedad.