Tipos de cáncer

Próstata

El cáncer de próstata es el segundo más frecuente en los hombres y afecta sobre todo a los mayores de 65 años. En general, crecen lentamente. Los exámenes de PSA y el tacto rectal identifican el tumor en su fase inicial, aumentando las posibilidades de curación. Conozca más.
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por: Grupo Oncoclínicas
Próstata
El cáncer de próstata es el segundo más frecuente en los hombres y suele afectar a los mayores de 65 años. Los exámenes de PSA y el tacto rectal lo identifican de forma temprana.

Qué es el cáncer de próstata

El cáncer de próstata es el resultado de una multiplicación desordenada de células en la próstata, una glándula situada entre el pene y la vejiga urinaria. Es el segundo cáncer más frecuente en los hombres, después del cáncer de piel no melanoma.

Más que cualquier otro tipo, se considera un cáncer de la tercera edad, ya que cerca del 75% de los casos en todo el mundo se producen después de los 65 años.

Algunos tumores pueden crecer rápidamente y extenderse a otros órganos. La mayoría, sin embargo, crece muy lentamente (tarda unos 15 años en alcanzar 1 cm³), lo que no muestra signos durante la vida y no amenaza la salud del hombre.

Subtipos de cáncer de próstata

Cuando el paciente recibe un diagnóstico de cáncer de próstata, es muy probable que el oncólogo se refiera al adenocarcinoma, que representa el 95% de los casos de la enfermedad. Este tipo de tumor se desarrolla a partir de células glandulares.

Existen otros tipos de cáncer de próstata, que se originan en otras células de la próstata, pero son muy raros. El carcinoma de células pequeñas, por ejemplo, no llega al 1% de los casos, pero requiere atención por considerarse un subtipo más agresivo de la enfermedad.

También hay tumores neuroendocrinos y carcinomas de células transicionales.

Síntomas y signos del cáncer de próstata

El cáncer de próstata, en su fase inicial, no presenta signos y se desarrolla de forma silenciosa. Los síntomas sólo aparecen cuando la mayoría de los tumores están en una fase avanzada.

En esta fase de la enfermedad, los síntomas más comunes son:

  • Sensación de que la vejiga no se ha vaciado completamente;
  • Dificultad para empezar a orinar o para dejar de hacerlo;
  • La necesidad de empujar para mantener el flujo de orina
  • Sensación de dolor en la parte baja de la espalda o en la pelvis (debajo de los testículos)
  • Dificultad para lograr o mantener la erección;
  • Sangre en la orina o en el esperma (son raros)
  • Dolor al eyacular
  • Dolor en los testículos.

Diagnóstico de cáncer de próstata

Al tratarse de un tumor que se desarrolla de forma silenciosa, los exámenes preventivos son fundamentales para la detección precoz del cáncer de próstata. Se utilizan dos tipos de exámenes: de sangre y clínicos.

En el análisis de sangre se realiza el dosaje del antígeno prostático específico (PSA), una enzima producida por las células de la próstata cuyo aumento de concentración puede indicar alteraciones en el órgano -además del cáncer, es un indicador de otras afecciones, como la prostatitis y la hipertrofia prostática benigna-. Por lo tanto, la mejor conducta diagnóstica es asociar el análisis de sangre con el tacto rectal.

Incluso siendo indoloro, todavía hay muchos prejuicios contra el examen rectal. Pero es esencial para la detección de problemas en la próstata. Mediante el tacto rectal, el médico puede palpar la próstata y ver si hay nódulos (bultos) o tejidos endurecidos, un indicador de enfermedad en fase inicial.

Cuando existe la sospecha de un cáncer de próstata, entran en juego otros exámenes para confirmar no sólo la enfermedad, sino también su estadio. Son los siguientes:

  • Biopsia: la extracción de muestras de tejido de la glándula para su análisis se realiza con la ayuda de la ecografía. Puede haber molestias y presencia de sangre en la orina o el semen en los días siguientes al procedimiento. La biopsia es el único examen que confirma si el tumor es maligno;
  • Exámenes de imagen: pueden ser solicitados tomografía computarizada, resonancia magnética y gammagrafía ósea para evaluar la extensión del problema y comprobar la presencia de células cancerosas en otros órganos o huesos.

Tratamiento

Las alternativas terapéuticas para el cáncer de próstata dependen del estadio de la enfermedad. La conducta que debe definir el médico es siempre individualizada.

En general, para la enfermedad localizada, que sólo afecta a la próstata, el esquema estándar es la cirugía y/o la radioterapia.

En el caso de la enfermedad localmente avanzada, el protocolo de tratamiento puede incluir radioterapia o cirugía en combinación con tratamiento hormonal.

En los casos de enfermedad metastásica, cuando el tumor ya se ha extendido a otras partes del cuerpo, el tratamiento más adecuado es la terapia hormonal.

Prevención

No existe ninguna orientación específica para la prevención del cáncer de próstata. Además de realizar exámenes preventivos para la detección precoz del tumor, las demás pautas son comunes a la mayoría de los tumores cancerosos. Se refieren a

  • Obesidad: el exceso de peso corporal, que aumenta los riesgos de desarrollar diversos cánceres, también se asocia a un mayor riesgo de tumores de próstata;
  • Dieta: no existe una relación directa entre la dieta y el cáncer de próstata, pero hay pruebas de que el consumo excesivo de calorías y la ingesta de carne roja y grasas, así como de cigarrillos y bebidas alcohólicas, aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Por otro lado, el consumo de frutas, verduras ricas en carotenoides (como los tomates y las zanahorias) y legumbres (como las judías, los guisantes y la soja) se ha asociado a un efecto protector;
  • Edad: el cáncer de próstata es poco frecuente en los hombres menores de 40 años, pero el riesgo de padecerlo aumenta rápidamente a partir de los 50 años. Aproximadamente 6 de cada 10 casos de cáncer de próstata se dan en hombres mayores de 65 años;
  • Etnia: el cáncer de próstata se desarrolla con más frecuencia en hombres afroamericanos y caribeños de ascendencia africana que en hombres de otras etnias. Y cuando se desarrolla en estos hombres, suelen ser más jóvenes. Las razones de estas diferencias étnicas no están claras;
  • Genética: si existen otros factores de riesgo, como la herencia, la enfermedad puede aparecer en hombres más jóvenes. Los principales criterios para definir si existe un mayor riesgo asociado a la herencia son: tres o más familiares de primer grado afectados o dos familiares de primer grado diagnosticados antes de los 55 años o cuando se produce en tres generaciones consecutivas (abuelo, padre e hijo).

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