Tratamientos

Cirugía de cáncer de próstata

La cirugía oncológica del cáncer de próstata es el tratamiento indicado para la extirpación de los tumores, del órgano y también de la zona que lo rodea. Es el procedimiento más utilizado contra este cáncer. Obtenga más información.
Cirugía de cáncer de próstata

La cirugía oncológica del cáncer de próstata es el tratamiento indicado para la extirpación de los tumores, del órgano y también de la zona que lo rodea. Es el procedimiento más utilizado contra este cáncer. Obtenga más información.

El tratamiento del cáncer de próstata depende de las circunstancias individuales del paciente. Su principal objetivo es curar o controlar la enfermedad para ofrecer una mejor calidad de vida y supervivencia al hombre.

La cirugía es el tratamiento de elección más habitual en el cáncer de próstata que no ha hecho metástasis, es decir, que no se ha extendido fuera de la glándula prostática.

Otros enfoques, que pueden realizarse solos o en combinación, son la radioterapia, la braquiterapia, la quimioterapia, la terapia hormonal, la crioterapia, los ultrasonidos focalizados de alta intensidad y la inmunoterapia, entre otros.

Tipos de cirugía para el cáncer de próstata

Las cirugías realizadas para el cáncer de próstata incluyen diferentes procedimientos, siendo el principal la prostatectomía. Existen varios tipos de prostatectomía:

  • Prostatectomía radical abierta: se realiza una incisión para extirpar la próstata y los tejidos circundantes. A medida que las técnicas han avanzado, este tipo de procedimiento se realiza con menos frecuencia;
  • Prostatectomía radical laparoscópica: se realizan pequeñas incisiones en la piel, a través de las cuales el cirujano introduce instrumentos especiales para extirpar la próstata. Uno de ellos tiene una microcámara de vídeo en la punta que permite la visualización interna del abdomen y la realización del procedimiento. Esta técnica tiene algunas ventajas en comparación con la radical abierta, como una menor pérdida de sangre, menos dolor, menor hospitalización y tiempo de recuperación; 
  • Prostatectomía radical retropúbica: se realiza una incisión en la parte inferior del abdomen (desde el ombligo hasta el pubis). Si el resultado de la prueba del PSA (antígeno prostático específico) o de la biopsia indica que existe la posibilidad de que la enfermedad se haya extendido a los ganglios linfáticos, se extirpa parte de ellos junto con la próstata
  • Prostatectomía perineal radical: la incisión se realiza en la piel entre el ano y el perineo (escroto). Este tipo de procedimiento no es tan utilizado porque no permite salvar los nervios y no se pueden extirpar los ganglios linfáticos. Generalmente se elige cuando el paciente no está preocupado por la función sexual (más concretamente por la erección), que se verá afectada.

También es posible optar por una resección transuretral de la próstata. Aunque ese procedimiento no se utiliza para curar el cáncer de próstata, puede realizarse en hombres con la enfermedad avanzada para ayudar a aliviar los síntomas, como los problemas para orinar. Para ello, se utiliza un dispositivo llamado resectoscopio para extirpar la parte interna de la próstata que rodea la uretra.

Riesgos de la cirugía de próstata

Los riesgos inherentes a cualquier tipo de prostatectomía son muy similares a los presentes en otras cirugías mayores. Las principales complicaciones que pueden producirse durante o poco después de la intervención son:

  • Reacciones a la anestesia;
  • Hemorragia (sangrado);
  • Coágulos de sangre en las piernas o los pulmones;
  • Daños en los órganos cercanos a la próstata
  • Infecciones en la zona quirúrgica; y
  • Lesión de partes del intestino (aunque es poco frecuente, puede dar lugar a infecciones en el abdomen. Cuando esto ocurre, pueden ser necesarias otras operaciones para corregir el problema).

Posibles efectos adversos de la cirugía

Los principales efectos adversos de las cirugías de próstata son la incontinencia urinaria (cuando el hombre es incapaz de controlar la orina) y la disfunción eréctil (impotencia y dificultad para lograr o mantener la erección). Cuanto mayor sea la edad, mayor será el riesgo de que se produzcan estos acontecimientos.

La buena noticia es que el control urinario suele recuperarse y, si no lo hace, la incontinencia puede tratarse. Lo mismo ocurre con la disfunción eréctil, que puede tratarse con una serie de alternativas de tratamiento. 

Tras la prostatectomía radical, el hombre ya no puede eyacular durante las relaciones sexuales. Por lo tanto, se recomienda que quienes deseen concebir hijos en el futuro acudan a un especialista en reproducción asistida antes de la cirugía para evaluar la posibilidad de congelar muestras de semen.

Cuota
O comparte el enlace
Enlace copiado en su escritorio.

Tratamientos para el cáncer

Descubre nuestra serie de contenidos relacionados con los tratamientos contra el cáncer
Sepa mas